Biografía
(Charles Lutwidge Dogson; Daresbury, Reino Unido, 1832-Guildford, id., 1898) Lógico, matemático, fotógrafo y novelista británico. Tras licenciarse en el Christ Church (1854), empezó a trabajar como docente y a colaborar en revistas cómicas y literarias, adoptando el seudónimo por el que sería universalmente conocido. En 1857 obtuvo una plaza como profesor de matemáticas, y cuatro años después fue ordenado diácono.
En 1862, en el curso de uno de sus paseos habituales con la pequeña Alice Liddell y sus dos hermanas, hijas del deán del Christ Church, les relató una historia fantástica, «Las aventuras subterráneas de Alicia». El libro se publicó en 1865, con el título de Alicia en el país de las maravillas; él mismo costeó la edición, que fue un éxito de ventas y recibió los elogios unánimes de la crítica, factores que impulsaron a Carroll a escribir una continuación, titulada A través del espejo y lo que Alicia encontró allí (1871).
La peculiar combinación de fantasía, disparate y absurdo, junto a incisivas paradojas lógicas y matemáticas, permitieron que las obras se convirtieran a la vez en clásicos de la literatura infantil y en inteligentes sátiras morales, llenas de apuntes filosóficos y lógicos, aunque naturalmente para un público adulto y atento.
Escribió también poesía, campo en el que destaca en su producción el poema narrativo La caza del snark, plagado también de elementos fantásticos. Además de diversos textos matemáticos, fue autor de trabajos dedicados a la lógica simbólica, con el propósito explícito de popularizarla, en los cuales apunta su inclinación por explorar los límites y las contradicciones de los principios aceptados.
Nota: En Oxford se le diagnosticó epilepsia, lo cual por entonces constituía un estigma social considerable. Sin embargo, en fecha reciente John R. Hughes, director de la Universidad de Illinois (Chicago), ha sugerido que pudo haber habido un error de diagnóstico.
Carroll y la fotografía
En 1856, Dodgson descubrió una nueva forma de arte, la fotografía, primero por influencia de su tío Skeffington Lutwidge, y más tarde de su amigo de Oxford Reginald Southey y del pionero del arte fotográfico Oscar Gustav Rejlander.
Dodgson alcanzó pronto la excelencia en este arte, que convirtió en expresión de su personal filosofía interior: la creencia en la divinidad de lo que él llamaba belleza, que para él significaba un estado de perfección moral, estética o física. A través de la fotografía, Carroll trató de combinar los ideales de libertad y belleza con la inocencia edénica, donde el cuerpo humano y el contacto humano podían ser disfrutados sin sentimiento de culpa. En su mediana edad, esta visión se transformó en la persecución de la belleza como un estado de gracia, un medio para recuperar la inocencia perdida.
La obra definitiva acerca de su actividad como fotógrafo (Lewis Carroll, Photographer, de Roger Taylor (2002)), documenta exhaustivamente cada una de las fotografías de Lewis Carroll que se han conservado. Taylor calcula que algo más de la mitad de su obra conservada está dedicada a retratar a niñas. Sin embargo, debe ser tenido en cuenta que menos de un tercio de la totalidad de su obra se ha conservado. La niña que más veces le sirvió de modelo fue Alexandra Kitchin («Xie»), hija del deán de la catedral de Winchester, a la que fotografió unas cincuenta veces desde que tenía 4 años hasta que cumplió. En 1880 intentó fotografiarla en traje de baño, pero no se le permitió. Se supone que Dodgson destruyó o devolvió las fotografías de desnudos a las familias de las niñas que fotografiaba. Se creía que se habían perdido, pero se han encontrado seis desnudos, de los cuales cuatro han sido publicados y dos se conocen apenas. Las fotografías y esbozos de desnudos que Dodgson realizaba alentaron la suposición de que tenía tendencias pedófilas.
Su obra fue reconocida póstumamente, junto a la de Julia Margaret Cameron, gracias a su reivindicación por parte de los fotógrafos del pictorialismo, así como al apoyo del Círculo de Bloomsbury, en el que se hallaba Virginia Woolf. En la actualidad, es considerado uno de los fotógrafos victorianos más importantes, y, con seguridad, el más influyente en la fotografía artística contemporánea.
Carrera literaria
También en 1856, un nuevo deán, Henry Liddell, llegó a Christ Church, trayendo con él a su joven esposa y a sus hijas, que tendrían un importante papel en la vida de Dodgson. Éste entabló una gran amistad con la madre y con los niños, especialmente con las tres hijas, Lorina, Alice y Edith. Parece ser que se convirtió en una especie de tradición para Dodgson llevar a la niñas de picnic al río, en Godstow o en Nuneham.
Fue en una de estas excursiones, concretamente, según sus diarios, el 4 de julio de 1862, cuando Dodgson inventó el argumento de la historia que más tarde llegaría a ser su primer y más grande éxito comercial. Él y su amigo, el reverendo Robinson Duckworth, llevaron a las tres hermanas Liddell (Lorina, de trece años, Alice, de diez, y Edith, de ocho) a pasear en barca por el Támesis. Según los relatos del propio Dodgson, de Alice Liddell y de Duckworth, el autor improvisó la narración, que entusiasmó a las niñas, especialmente a Alice. Después de la excursión, Alice le pidió que escribiese la historia. Dodgson pasó una noche componiendo el manuscrito, y se lo regaló a Alice Liddell en las Navidades siguientes. El manuscrito se titulaba Las aventuras subterráneas de Alicia (Alice's Adventures Under Ground), y estaba ilustrado con dibujos del propio autor. Se especula que la heroína de la obra está basada en Alice Liddell, pero Dodgson negó que el personaje estuviera basado en persona real alguna.
Tres años más tarde, Dodgson, movido por el gran interés que el manuscrito había despertado entre todos sus lectores, llevó el libro, convenientemente revisado, al editor Macmillan, a quien le gustó de inmediato. Tras barajar los títulos de Alicia entre las hadas y La hora dorada de Alicia, la obra se publicó finalmente en 1865 como Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas (Alice's Adventures in Wonderland), y firmada por Lewis Carroll. Las ilustraciones de esta primera edición fueron obra de Sir John Tenniel.
El multitudinario éxito del libro llevó a su autor a escribir y publicar una segunda parte, Alicia a través del Espejo (Through the Looking-Glass and what Alice Found There).
Carroll y las matemáticas
Aunque la mayor parte de su atención la dedicó Carroll a la geometría, escribió también sobre numerosos otros temas matemáticos: de la cuadratura del círculo, del cifrado de mensajes (llegando a inventar algunos métodos), de álgebra, de aritmética electoral y votaciones, así como sobre lógica.
En los últimos años de su vida no sólo prestó atención a las matemáticas recreativas (con juegos de cálculo como los diez nudos de su libro Un cuento enmarañado) o al estudio de las paradojas (analizó la paradoja de Aquiles y la tortuga, y elaboró una propia, la de la barbería), sino que también se dedicó a la búsqueda de formas de exposición sistemática de, por ejemplo, la teoría del silogismo. Por lo demás, elaboró cuadros, fichas y diagramas del tipo de los de Venn e introdujo árboles lógicos.
En cuanto a la geometría, publicó numerosos apuntes a modo de aclaraciones sobre la obra de referencia de su época, los Elementos de Euclides, y un libro en el que confrontaba a este con otros autores contemporáneos, Euclid and his Modern Rivals (1879).
Notas:
Ha habido multitud de especulaciones sobre la posibilidad de que Dodgson hiciera uso de drogas psicoactivas, aunque no existe prueba alguna que respalde esta teoría. No obstante, la mayoría de los historiadores consideran probable que el autor utilizase de vez en cuando láudano, un analgésico de consumo bastante común en la época, y que le ayudaría con el dolor de su artritis. Hay que señalar que esta sustancia procede del opio, y puede producir efectos psicotrópicos si es utilizado en dosis lo suficientemente grandes. Pese a ello, no existe evidencia alguna que pueda llevar a pensar que Dodgson abusara de los narcóticos, ni de que éstos tuvieran influencia alguna en su trabajo. Por otro lado, algunos han creído ver en las alucinaciones que sufre su personaje, Alicia, una referencia a las sustancias psicodélicas. Por ejemplo, en el caso de la Amanita Muscaria que produce macropsia y micropsia, vemos una analogía en las variaciones de tamaño que sufre Alicia al ingerir trozos de seta.
Sacerdocio
Dodgson estaba destinado a terminar como sacerdote, dada su condición de residente en la Christ Church. No obstante, empezaría a rechazar esta idea, retrasando el momento de convertirse en diácono hasta diciembre de 1861. Cuando un año después, le tocaba dar el siguiente paso para convertirse en sacerdote, apeló a Liddell para no continuar. Esa actitud no era compatible con las normas, y el propio Liddell le contó que probablemente tendría que dejar su trabajo si renunciaba al sacerdocio, aunque lo consultaría con el órgano de gobierno de la institución, algo que indudablemente, le hubiera acarreado una expulsión. Por razones desconocidas, Lidell cambió de opinión y permitió que Dodgson se quedase y no llegase jamás al sacerdocio.
No existe pista concluyente alguna que permita averiguar por qué Dodgson evitó convertirse en sacerdote. Algunos han señalado que su tartamudez pudo influir en la decisión, de manera que hubiera tenido miedo de dar sermones. No obstante, Dodgson no evitaba hablar en público, ni tenía problema alguno con actuaciones tales como contar cuentos, u ofrecer espectáculos de magia. Además, en su última etapa, llegaría a predicar, pese a no ostentar la condición de sacerdote.
Notas:
Sospechas de que Lewis Carroll fuese Jack el Destripador
Aunque siempre se lo consideró un soñador inofensivo, en el año 1896 el autor Richard Wallace no vaciló en acusarlo de haber sido el hombre que estaba oculto bajo el alias de Jack el Destripador. Las pretendidas pruebas que supuestamente le acusaban, eran frases crípticas contenidas en sus libros diecinueve años antes de la matanza del otoño de 1888. Según esta interpretación, el ya desequilibrado escritor, dejó allí pistas anticipando los crímenes que planeaba cometer.
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